PESO MUERTO
Soy aquella tiniebla
pesada,
que observa la
indiferencia,
vadeando su tosca
vidriera.
Afuera la vida pasa
galopando,
ocupada en menesteres
ajenos,
sin minutos para el
aletargado,
incapaz de seguir sus
senderos.
Mis fueros carecen de
fuerza,
soy un ente en un peso
muerto,
si otra pericia no me
resucita.
Mi venir a la vida fue
tuerto,
como el ojo malo del
pirata.
Yo también me soy el
fruto,
de la historia cruel e
ingrata.
Pero igual que el
pirata afamado,
mi leyenda será la
gran conocida,
por el escarbador del
tiempo pasado.
J. Sergio González.
26 de enero de 2011
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