Hoy…
Hoy,
quiero ser feliz,
por ti,
por mí,
hoy… seré
feliz.
Hoy
quiero ser feliz,
deseo ser
feliz…
por si
mañana no suenan las caracolas,
por si el
cielo deja de vestirse de azul,
o estos
ojos dejan de ver la luz de los tuyos,
por eso,
hoy, tengo que ser feliz.
Aunque todas
las bocas enmudezcan de pronto,
o la vida
deje de sentir toda su gran valía,
por si el
corazón se para demasiado madrugador,
¡Hoy,
quiero ser feliz!
Hoy deseo
ser feliz,
contagiarte
mi ego,
deseo ser
una dicha,
delicada en tus manos ,
observaremos
el atardecer del tiempo
entrelazados
como dos amantes perdidos,
en algún
instante del dulce recuerdo.
Hoy…
Hoy,
quiero ser feliz,
por ti,
por mí,
hoy, te
lo juro
tengo que ser feliz.
Hoy miro
a mi oscura retaguardia,
los destinos
ajenos caminan erguidos,
con una
dicha a la sombra de mía,
¡y yo me
quejo!
Mientras esas
almas
que no
dejan de sonreír a esta vida,
que
deambulan entre tanta indiferencia.
Hoy,
tengo que ser feliz,
pues mi
horizonte aun tiene luz,
debo
ahogar toda agonía sin sentido,
y
descolgarme de esta absurda cruz.
Debo perdonar,
debo perdonarme,
pues soy
humano herido de muerte,
en el ego
de mi inconsciente.
Soy un
ser herido,
que
agoniza en un espectro,
herido de
ira,
de odio,
de melancolía,
y un
herido que no olvida,
que no
cura su alma,
es un
cuerpo leproso,
que
ninguna dicha,
escoge
por guarida.
Hoy,
quiero volar entre nubes,
mezclarme
con Gea,
hasta
entender su esencia,
cantarle
mil canciones
mientras
brindamos por Ra.
Y con
ella por compañera,
desnudarme
de todo temor,
con ese
amor puro,
fresco
como una tetilla,
queso en
manos del artesano
una
tetilla, que sabe a cielo.
Hoy…
Hoy,
quiero ser feliz,
por ti,
por mí,
hoy,
quiero ser feliz.
José Sergio
González Rodríguez.
21 de
marzo de 2020