MEDIOCRIDAD
Alma malévola en la mediocridad,
hálito pecaminoso habitando el lamento,
un charco de aceite en el duro asfalto,
origen de un destino ataviado de oscuridad.
Como el apestado en su triste hábito,
o el llanto, relamiendo su herida supurada,
derraman sangre estás gruesas mejillas,
mientras pierdo todo mi talento a la ruleta.
Mi polo negativo en noche de festividad,
pesadilla del Infierno, a la hora de la siesta.
Soy ese ángel caído dentro de la oscuridad,
huracán que te deshoja toda la corona.
Precipicio asomándose a tu cordura,
guadaña que te siega toda esperanza,
forzándote a comer desidia mortuoria,
hasta reventar tu ego por la saciedad.
Porque mis talentos sueltan aire tóxico,
y todas mis gracias te hacen gimotear,
soy un ente que detesta lo matemático,
que abraza toda locura que se deja amar.
Cohabito el lecho con la Dama del pecado,
su clítoris vibrando como un harpa al sonar,
me consagro con esta inspiración de mal gusto,
que por vergüenza… dejo a medio terminar.
José Sergio González Rodríguez