Poema
poco serio, inspirado a partir de la canción de Joaquín Sabina “La Del Pirata
Cojo.” Saludos al Maestro.
Un Napoleón conquistador del cielo.
¡Que le voy a hacer, si la vida me aburre,
y se empeña en no dejarme ser!
Habito en una burbuja de ilusión,
donde puedo vagar por los sueños,
mientras a través de una canción,
doy rienda suelta a mis desvaríos.
Un Napoleón conquistador del cielo,
Frisher ganándole a Dios al ajedrez,
La Virgen mirándome en estado de celo,
Yo ejerciendo de fiscal, abogado y juez.
Lobo
de mar pescando en el ártico
navegando
sobre un barco de papel
el
mar nadando en mis viejas venas,
mapa
del tesoro tatuado en tu piel.
Banquero
en la ruina, puta de cabaret,
médico
sin recursos, verso de amor dolido,
torero
insumiso en Las Ventas, por que no,
una
manta suave, dando a tus piernas calor.
Poeta
a la cola del paro, Mahoma encelado
de
un Jesús apasionado, en la barra del bar,
Buda
borracho de cerveza, hombre acabado,
una
pequeña estrella buceando en alta mar.
Carambola
en el casino, político en la chirona,
sacerdote
en la cama, con una de todo a cien,
millonario
en el desierto, sin nada que comer,
mi
vida en tus manos, perdido en un santiamén.
¡Que le voy a hacer, si la vida me aburre,
y se empeña en no dejarme ser!
Habito en una burbuja de ilusión,
y soñar está visto con buenos ojos
para todo aquel que obra de corazón
tocando los corazones se hasta sonrojarlos.
Picasso en pijama, jeque árabe enamorado,
policía en el cine, escritor de novelas
rosas,
donde pierden los guapos, ganan las feas,
todos condenados en juego del ahorcado.
Tarzán entre Dianas, muscultios de mentira,
cazador de esperanzas, perdido en tus
brazos,
besa mis labios, te acaricio con mis manos,
en las zonas prohibidas, que suenan a
lírica.
Desnudos en la bañera, masaje en la
espalda,
Don Juan en telenovela, asesino de
tristezas,
defensor de los culpables de pecados
mortales,
amante de la vida, futuro que siempre
defrauda.
Soñador incansable, veraneo en la playa,
tú tirada en la toalla, sin ese sujetador,
te miro con malos ojos, soy conquistador,
sombra de tu alma, te pongo la medalla,
lo tuyo es darme amor. Cena de culpables,
velada prohibida, ocultos en tu habitación,
perfume de noche, que ha costado un riñón,
posturas imposibles, apaciguado soledades,
besos de la muerte, colgados de tu boca,
tumbas gemelas, en cementerios de horror,
nuestros cuerpos marchitos buscan calor,
mientras desean que se les pudra la ropa.
Almas condenadas, castigos de un amor,
te amo, tu no me amas, no tengo consolador,
dame fuerza, regálame garra, no tengo
valor,
te beso y te acaricio, deseos al portador.
¡Que le voy a hacer, si la vida me aburre,
y se empeña en no dejarme ser!
José Sergio González Rodríguez.
23 de Octubre de 2013-
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