Manifiesto Político- Social
Texto original.
Cuando nos asomamos al universo del ajedrez, vemos que cada pieza, tiene su propio valor, aunque luego, este puede variar según una determinada posición. El juego se entiende como una metáfora social, donde el Rey es el centro del poder, el eje que sobre el que se mueve todo el universo. A continuación, nos vamos encontrando con diversas piezas que engloban diferentes niveles de poder e importancia en el funcionamiento de la partida. Desde la toda-poderosa Dama, hasta el casi insignificante peón. Ese ser débil, sacrificable y marginado, que tiene que ir acurrucado por el tablero y bailar beneficio de las demás piezas, esas que realmente son relevantes ante la partida.
El Peón, es un ser discapacitado, que tiene que caminar con lentitud, siendo la más vulnerable de todas las piezas, pues no puede saltar como un caballo ni correr como una Torre. De manera que debe jugar a su particular ritmo. Para mayor desgracia suya, es la primera cabeza de turco cuando es necesario realizar algún sacrificio. Hoy en día en nuestra sociedad, los más indefensos, muchas veces nos vemos obligados a situaciones similares, pues somos los primeros a los que se les recortan las libertades, las alas que nos permiten volar, para que los pudientes tengan una mayor calidad de vida. A día de hoy, familias enteras se ven obligadas incluso a subsistir con las pensiones de sus mayores o de las personas pensionista que viven a su cargo.
Pero si en su duro caminar, una solo de estos peones, consigue llegar a la octava fila, alcanzar esa meta que marca su horizonte, entonces, obtiene su gran recompensa. Puede convertirse en casi cualquier pieza, incluyendo en una Gran Dama, que pase a ser el centro del universo, poniendo a las demás piezas a sus pies. Pues a mi parecer, nosotros, igual que el peón, podemos ir conquistando pequeños espacios en esta vida, que nos hagan más importantes a los ojos de la sociedad.
Para mí, Hefesto, es ese tablero mágico por el cual las personas con una discapacidad, adquirimos la posibilidad de jugar, junto con las demás ciudadanos en esa partida que es la vida. Donde todas las personas, tenemos la oportunidad de integrarnos, en una sociedad más justa, mientras vamos caminando, más despacio, pero con mucha ilusión, en una lucha constante por la integración plena. Demostrando que todos somos una pieza crucial en el juego de la vida y que si no nos rendimos, trabajamos y nos esforzamos juntos, podemos llegar a esa ansiada octava fila, donde demostremos que podemos llegar a ser, todo aquello con lo que hemos estado soñando.
Hefesto, nos demuestra que no podemos infravalorar a nadie. Que todo el mundo tiene cosas que aportar y que juntos, todos alcanzaremos antes la sabiduría, y con ella, la felicidad plena. Que por cada discapacidad que tengamos, hay un montón de capacidades de las que poder disfrutar y que la mayor barrera que nos podemos encontrar es nuestra negación a superarnos cada día, renunciando de esta manera a lo mejor de nosotros mismos.
Solamente necesitamos que nos den la oportunidad, que nos den esa palmada en la espalda que invita a seguir adelante, porque por mucho que nos cueste el camino y por muy despacio que tengamos que caminar… A igual que el peón de ajedrez, nosotros, también podemos alcanzar la meta que nos propongamos y con un poco de esfuerzo convertirnos en todo lo que deseemos.
José Sergio González Rodríguez.
19 de octubre de 2014
Gran argumento e interesante filosofía :3
ResponderEliminarGran argumento e interesante filosofía :3
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