Antes de
nada debo reconocer que no soy un entendido en novelas de ciencia-ficción, por
ello reconozco que cuando J.J.M.Veiga me habló de su segunda novela "El
Reflejo Dorado" a través de la editorial Sankara, y de que se trataba de
una aventura de este género, al principio surgió desde lo más hondo de mi
corazón una cierta sensación de poso, que me decía que me iba costar leerla.
Pasaban los días, y yo me dedicaba a leer otras cosas. Cuando finalmente
me decidí a penetrar en los entresijos de sus páginas, me topé con una grata
sorpresa.
EL
REFLEJO DORADO (2016) es una verdadera joya literaria esperando a ser
descubierta por el gran público, donde tras un viaje entre universos paralelos,
nos adentramos en la vida de un extraño planeta, con unos seres diferentes,
extraños y cargados de misterios. Todo con la excusa de buscar un anillo que
devuelva a casa a nuestro protagonista. Pero, además, tras esta aventura que
puede parecer muy gastada, recibe en estas páginas un enfoque nuevo y fresco,
que invita a descubrir sus páginas una tras otra. Pero, en realidad hay mucho
más, sus diálogos son paridos por la mente de un ingenioso maestro de la pluma,
hace que este libro una virtuosa prosa poética. De todos modos, por encima de
todo esto y como le comenté al autor, el otro día, mientras disfrutábamos de
unos refrigerios nocturnos... lo que más me apasionó, fue su trasfondo ético-filosófico.
Es aquí, donde según mi más modesta opinión, la obra, alcanza sus más grandes
dones de grandeza. Porque EL REFLEJO DORADO es un libro que nos hace meditar,
sobre la naturaleza humana, con sus virtudes así como sus pecados, por ello es
también un texto abierto al debate, una discusión lúcida, digna de las más
altas alcurnias literarias.
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