Reconozco que siempre fui una persona con una gran facilidad
para soñar, sobre todo con aquello que la vida no me permite llevar a cabo en
este universo. Y por desgracia, esta patología ilusoria es como un ente que
habita dentro de mí, que nunca me abandona. Supongo que vino de serie dentro de
mis genes y por lo tanto, me acompañará, para bien o para mal, hasta mi último
aliento.
Soy una persona que piensa que: “Las barreras se hicieron para
ser saltadas”.
¿Por qué digo esto?
Veréis:
El año pasado, intenté correr la San Silvestre, pero una
lesión me avisó de que eso no era para mí, pero no me pienso rendir y seguramente vuelva a intentarlo más
adelante…o no, nunca se sabe, después de todo me tengo por una persona bastante
tozuda, que no para hasta salirse con la suya. De manera, que nadie se
sorprenda si me ve intentándolo otra vez.
“Y sí, puede que vuelva a caer, pero pienso seguir
levantándome mientras me quede algún resquicio de fuerza en mi interior.
Otra de mis “ideas Liliputienses” era conseguir bailar. Pero no
hablo de un baile con la pareja en un salón a ritmo de Tango. Sino, de un
baile-espectáculo, ante el público. Una meta, que en teoría, mis torpes movimientos
articulares, no me permiten llevar a cabo a nivel profesional. Pero eso es algo
que tampoco me quita el sueño. De cualquier manera, cuando hace unos meses,
surgió la idea de hacer un Flashmob en la calle, para celebrar con el resto de
los pontevedreses el 25 Aniversario de Amencer-Aspace, la verdad es que mi
cuerpo deforme se puso nervioso de alegría. Es posible, que lo de cuerpo
deforme, genere cierta polémica, entre algunos de mis lectores, pero no
alarmaros, que no lo digo de manera vejatoria alguna. Simplemente me hallo
poniendo las cosas en un lugar, y hay que ser conscientes de que la lesión que
tengo, una Parálisis Cerebral, ha terminado por contorsionar mis articulaciones
de una manera evidente, y eso no es demagogia, sino, una evidencia empírica. En
cualquier caso, este no es el momento de ponerme a analizar la patología que
acompaña a mi cuerpo, sino simplemente dejar claro que todos podemos llegar a hacer
cosas que ni imaginábamos y para ello, solamente necesitamos creer en nosotros
mismos.
Siempre tuvimos claro que nuestro espectáculo musical tenía
que ser representado en un lugar, donde pudiésemos interactuar con el resto del
mundo. Por ello, muy pronto decidimos que ese sitio tenía que ser la Plaza de
la Peregrina, centro neurálgico de nuestra hermosa ciudad, Pontevedra. A través
de ese flashmob, quisimos contagiar con todos los pontevedreses, nuestro
cumpleaños y de paso, nuestras enormes ganas de vivir, de hacer cosas, de reclamar
nuestro lugar en la sociedad activa. Y que mejor manera que con un multitudinario
baile, al son de una canción tan hermosa como pegadiza. Así, tras darle
múltiples vueltas, consideramos que “Beaufitul Day”, perteneciente al grupo de
Pop/Rock U2, con el gran vocalista Bono a la cabeza era una buena elección para
nuestro propósito.
Para ello, pasamos varias semanas, alrededor de un mes,
ensayando nuestro espectáculo, con la intención de sacar fuera, lo mejor de
nosotros mismos. Creo que finalmente se consiguió la meta propuesta e incluso, considero, superamos las
expectativas con creces. No lo digo para
lanzarnos flores sobre nosotros mismos. Los múltiples ensayos tuvieron lugar,
primero en la sede de nuestro Centro de Día Amencer-Aspace, in situ en la
urbanización pontevedresa de Campolongo, para más tarde, trasladarnos a un aula
formativa en el edificio de la Xunta de Galicia. Desde aquí quiero expresarles
en nombre de la asociación, mi agradecimiento por su colaboración, la cual
facilitó notablemente nuestro trabajo.
Pero
nada de esto nos serviría de nada, si no contásemos con nuestra fisioterapeuta
Lidia, que además resultó ser una experimentada profesora de baile, que dirigió
todo el proceso, de una forma amena y al mismo tiempo, como sólo una verdadera
profesional, es capaz de lograr. Sus indicaciones, su paciencia, la ilusión que
nos transmitía cada día y como nos ayudó a superarnos a nosotros mismos, desde la idea, hasta la puesta escena final,
fue e un valor impagable.
Al
final, conseguimos nuestra meta:
Amencer
puso a bailar a la ciudad del Lérez, en una tarde memorable que ya forma
parte del museo de nuestra memoria. Esperemos que éste, solamente sea el primer
paso, y que el horizonte nos tenga reservado grandes sueños que poder hacer
realidad.
Yo creo
que va a ser así.
José
Sergio González Rodríguez
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