PADRE
MÍO
Padre
Mío, que habitas en los Cielos. Glorificado mil veces, sea tu Santo Nombre,
acuda a nosotros tu Reino de Paz y Amor eterno. Hágase tu santa voluntad, tanto
en la Tierra como en el Cielo Eterno.
Repártenos
hoy el Pan Nuestro de Vida y perdona nuestros agravios, así como nosotros
hacemos la vista gorda a todos aquellos que tratan de herirnos de múltiples maneras.
No dejes que me caiga en la Tentación
perpetrada por Satanás, pues ésta solamente conduce a la perdición del hombre,
y en nombre, de tu Santa Voluntad, líbranos de todos los males que nosotros
mismos causamos… AMEN.
(Adaptación de la famosa oración cristiana como parte de mi nuevo proyecto teatral, LA REDENCIÓN DE MELCHOR).
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