lunes, 8 de julio de 2019

NO RENUNCIO A MI DISCAPACIDAD

La imagen puede contener: 2 personas, incluido J Sergio González Rodríguez, personas sonriendo, personas sentadas
No niego ser un vividor.

IDEAS Y REFLEXIONES FILOSÓFICAS SOBRE MI MODO DE VER MI EXISTENCIA
(Mi vida al rededor de una Parálisis Cerebral) 

Soy un vividor, no lo sé...
es posible, pero si es así, 
y no voy a disculparme.

Con el paso del tiempo le he cogido un gran aprecio a mi vida y no es para menos, por lo que no estoy dispuesto a abandonar mi zona de confort.

 Si con ello voy a contracorriente y
 no soy bien visto por otros...
 que así sea.

No soy tonto.

Valoro el gran esfuerzo que muchos de mis compañeros realizan en su  lucha por la plena integración, por tener un trabajo, una vida independiente, etc. Y considero que todas las personas, tenemos derecho pero no LA OBLIGACIÓN DE INTEGRARNOS plenamente en la sociedad, sino que cada cual debe seguir el sendero que mejor se adapte a sus necesidades y también a su personalidad.

"Muchas personas con una discapacidad similar a la mía, buscan acceso a la vida laboral, a vivir de manera independiente, casarse e incluso formar una familia".

Yo no.

Prefiero estar en un centro de día, o en una residencia y tener todas las necesidades cubiertas mientras disfruto de los pequeños placeres de la vida. Pero ello no significa que no valore la posición y la valentía de mis compañeros, todo lo contrario. Simplemente ese universo no cabe en mi personalidad. No es lo que yo quiero para mí. Ello no significa que yo no tenga metas, sueños o que simplemente quiera ver como la vida pasa de largo ante  mis ojos, simplemente que los puentes y las puertas que yo quiero atravesar, son otros.

"Yo también peleo cada día y cada vez que voy a  la lona, me levanto de nuevo, porque en eso consiste la vida. En sobrevivir..." 

En mi caso he enfocado mi  lucha solamente hacia aquellas cosas que más interés tienen para mí; el ajedrez, el cine, la literatura o la filosofía son algunas de las disciplinas que dan sentido a mi existencia. Solamente sumergido en sus zarpas me encuentro en paz conmigo mismo y no me gusta que el trabajo, el amor u otras interferencias me aparten de mi virtuoso camino.

"En más de una ocasión me planteé meterme en la vida religiosa y apartarme de la vida que predomina en la sociedad, pero carezco de dos cualidades necesarias. Fe y Disciplina".

De manera que terminé cayendo en la vida bohemia e incluso en ocasiones, en considerarme "orgullosamente" un parásito social. ¿Y por qué no?, si esa es mi naturaleza, ¿por qué renegar de ella?

Mucha gente tiene derecho a pensar que soy un cómodo, es cierto. También que tiro piedras contra mi propio tejado. 

Puede ser... pero en cualquier caso, es mi decisión y quiero, exijo que se me la respete. 

No estoy ejerciendo ningún tipo de violencia, solamente reclamando mi espacio de libertad.

"No me gusta atenerme a horarios, normas y demás leyes sociales".

Hay muchas personas, algunas muy allegadas que piensan "Que no estoy sacando provecho a todas mis capacidades" ¿Y qué...? si es así y siendo plenamente consciente de ello, lo sigo haciendo, será porque en pleno uso de mis facultades es lo que deseo. ¿Dónde se halla el problema?

Creo que solamente yo, y eso es algo que comparten conmigo todos mis compañeros, soy quien de decidir como deseo vivir.  Pero si mi manera de hacerlo, no es la misma que el de la mayoría, creo que sí tiene que ser igual de válida y por lo tanto, aceptada.

Aceptado o al menos respetado:

NO SOY TÚ

Con mis virtudes,
con mis defectos,
con mis alegrías
y mis lamentos.

Si no bailo tu agua,
es porque mis pasos,
siguen a otra nana,
solo apta a los mansos.

Mansos de corazón,
limpios de espíritu,
cada cual, su razón,
pues yo no soy tú.


No soy tú, tengo mis propias metas, mis propios miedos y también sueños de pata negra. Con todos y cada uno de ellos, debo convivir todos los días de mi azarosa existencia. Y aunque no lo comprendas ahora mismo, tengo razones de peso para obrar en consecuencia, aunque esas razones son exclusivamente mías, personales y libres. Por ello te ruego que no me juzgues, yo no lo hago contigo, simplemente respetemos nuestras maneras diferentes, cuando no opuestas, de entender el mundo, como parte de las fuerzas que mantienen el equilibrio de esta balanza perpetua.


Ahora sí soy igual que tú...

Soy una persona con metas, miedos y deseos, con sueños, con ideas propias y manías que vienen de serie y que no me van a abandonar hasta que mis pulmones callen. Y hasta que llegue ese momento, pienso ser libre de mente, mantenerme alejado de toda manipulación social, buscar mi sitio en la vida y protegerlo como el mejor de los ecosistemas.




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