jueves, 18 de noviembre de 2021

EL MUNDO OBRERO

La Sal de la Tierra, Germinal, dos obras, una en cine y otra en literatura que me están acercando a la realidad del mundo obrero. Me están abriendo los ojos ante las penalidades del pueblo, de los trabajadores, de los humildes, quienes se pasan la vida oprimidos por un sistema político y económico bañado en injusticia e indiferencia, al servicio en la minoría privilegiada.

La Sal De la Tierra 1954, una joya del cine que tuve la oportunidad de descubrir ayer gracias a YouTube sobre el mundo de los trabajadores, del pueblo, de las injusticias sociales, pero también sobre la eterna lucha entra Progreso vs Patriarcado. Una cinta narrada en forma de documental o cine hiperrealista que en muchos momentos me recordó a las mejores obras de Rossellini. La trama girar acerca de la lucha de los mineros y sus familias para mejorar su calidad de vida, una lucha que le lleva a enfrentarse tanto a la dirección de las empresas en las que trabajan, a las autoridades y también a una burguesía acomodada gracias a los beneficios de un pueblo explotado. El conflicto estalla cuando uno de los trabajadores muere, debido a la falta de seguridad que hay en las minas, algo que llevan denunciando desde hace tiempo, pero que es ignorado por la compañía. A raíz de ello, surgen otras demandas, agua caliente, mejora salarial, etc, por parte de unas familias que malviven día tras día, sin llegar a ver la luz al final del túnel. Pero la película da un giro cuando las mujeres deciden que desean dejar ser testigos de todo ello y sumarse a las manifestaciones en apoyo a sus maridos. Es aquí, cuando la película trata el segundo de los conflictos, el del patriarcado que no ve con buenos ojos que las mujeres abandonen sus quehaceres domésticos para iniciarse en el mundo sindical. Considero que aquí surge una verdadera lección de igualdad por parte de las mujeres, al demostrarles a sus maridos que se encuentran perfectamente válidas para el cometido, a pesar de las críticas, la intolerancia o los malos tratos que les provocan tal iniciativa, hasta el punto de ir a la cárcel o ser heridas de muerte... una cinta valiente, de izquierdas y muy criticada en su momento, que todo amante del buen cine, debería saber apreciar, pero también una cinta que hombres y mujeres de toda condición deberían visualizar como motivación para no desfallecer en la eterna lucha por la igualdad.  

Hay muchos títulos interesantes sobre este tema, obras extraordinarias que por desgracia, no revisitamos con la frecuencia que deberíamos, como puede ser, para seguir con otro clásico del séptimo arte, con LA HUELGA (1924) del director Serguéi Eizenshtéin.

GERMINAL

Coincidencias de la vida. En estos momentos me hallo inmerso en la lectura de un clásico que trata el mismo tema, se trata de la novela francesa, GERMINAL, de Émile Zola, publicada en 1885, obra que me está entusiasmando tanto desde el punto de vista de la trama, como por la extraordinaria prosa del escritor. Narra también la lucha del colectivo minero francés durante el siglo XIX y francamente, me está resultando muy instructiva e interesante en todos los sentidos, hasta el punto de que cuando la termine, creo que la colocaré entre los mejores libros que he leído en mi vida.

EL COLECCTIVO QUE MÁS SUFRE

Durante los últimos meses, el último año y medio, más bien, en España, se han perdido muchos puestos de trabajo como consecuencia secundaria de la pandemia del Covid19, gente que se ha quedado en la calle, que tiene que pedir ayudar al Gobierno y a las Entidades Sociales, como Cáritas, para poder seguir saliendo adelante. Personas que pierden o perdieron sus hogares, que fueron testigos desde la impotencia de como muchos de sus seres queridos abandonaban este mundo por culpa del virus. Y lo siguen haciendo mientras continúan escuchando día tras día, mientras escuchan palabras bonitas por parte de los líderes políticos que no sirven para calmar sus necesidades. Paro, pensiones en peligro, subida de la luz, el campo no aguantando más mientras malvenden sus productos, los terribles efectos que el cambio climático está causando en todo el planeta, en la economía y en nuestras vidas.  La pesadilla interminable en la que nacerán sumergidas las próximas generaciones, todo ello, mientras la burguesía, los bancos, la aristocracia, políticos, sindicatos... siguen llenándose los bolsillos mientras se reparten los presupuestos del Estado. Esos mismos políticos, son los que en tiempo de elecciones no se avergüenzan de salir al púlpito para pedirnos el voto, para que creamos que les importamos, que quieren lo mejor para el pueblo, cuando lo único que buscan es bañarse en dinero y poder, dos vicios insanos que causan adicción en el ser humano.  Pero una vez más, estas obras nos recuerdan que al final es el pueblo quien tiene en sus manos las herramientas para combatir estas injusticias. Con huelgas, negándoles el voto a todos los partidos, negándose a consumir y rompiendo las cadenas del poder para volver a ser libres, para volver a empezar...

 "Mamá, quiero ser anarquista"

Estoy cansado de las promesas, de la manipulación de los medios de comunicación, cansado del poder, la opresión, las religiones, porque no creo en el dinero, ni en las clases sociales, ni en dioses, patrias o banderas... y porque creo que todo el mundo debe ser libre, porque libre se nace, libre debe poder morirse, porque los partido políticos me parecen una farsa y sus líderes unos impostores, por eso y por más... abrazo el anarquismo.

Porque creo en la empatía, en la voluntad del ser humano para obrar bien o mal y en mi conciencia para poder diferenciarlo y obrar en consecuencia con la intención de  crear un mundo mejor.

Un mundo por el que deberíamos trabajar todos, porque Cielo e Infierno, son estados y no lugares, porque el ser humano, es el único responsable de que estos estados existan o no.








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