En
algunos momentos uno se ve preso de la nostalgia, de los viejos recuerdos de
infancia, unos tiempos en los que la pederastia no salía en los medios de
comunicación y en los que las consolas no captaban toda la atención. Y es que
de niño, un servidor jugaba con TENTE, no con WII. Fue una época en la que no
había portátiles, Redes Sociales e Internet era un extraño en nuestras vidas.
Como recuerda mi amiga Nair, por aquel entonces la TV era de dos canales,
aunque luego llegó la Gallega. Sí ahora el sueño de todo niño son los móviles,
los ordenadores y las consolas 3D, en mis años y no me veo tan mayor, al
cruzarme con un espejo, nos volvíamos locos con la bicicleta, la pelota y los
juegos de mesa. ¿Saben los niños de ahora que es un parchís o un “hundir la
flota?” Lo dudo. Y que me decís del trompo, el monopatín. ¡Parece que hablo de otro mundo y de eso hace
sólo veinticinco tacos! Un cuarto de siglo que a muchos les sonará a eternidad.
Eran otros tiempos y como dice mi amiga nadie denunciaba si tu madre te daba
una bofetada, ¡Ahora, le pueden quitar la custodia si lo hace! Sabré yo bien,
lo que era estar castigado en la cocina por no querer estudiar, ¡Ahora los
padres no tienen tiempo para estar con sus hijos!
Supongo
que eran otros tiempos, otra educación. Los niños no vestían a la última moda y
cuando estropeabas un polo o un pantalón, en lugar de ir al comercio a comprar
otro como consumistas compulsivos, mamá o la abuela te cosían unas rodilleras.
En aquellos tiempos, yo no llevaba dinero, no tenía monedero, la merienda para
el colegio me la mandaba mi madre de casa. Jugaba con juguetes improvisados y
veía a las niñas saltar a la goma, mientras los niños jugaban al fútbol. En mis
tiempos, los profesores imponían respeto y no existían el Bullyng ni los
maestros eran maltratados por los alumnos. Los niños no eran seres violentos,
sino que pasaban las tardes en la calle con los vecinos, o jugando por el
monte, hacían cabañas y cosas por el estilo.
Pero
bueno, son otros tiempos, ha pasado un cuarto de siglo y ahora las cosas son
distintas, los niños sobreprotegidos, se han ido convirtiendo en pequeños
tiranos, que acostumbrados a tenerlo todo, a no valorar nada, han encontrado en
sus abusos su nueva forma de diversión. Es una realidad que la vida es una
evolución constante, todo cambia, es ley de vida, pero no significa que siempre
sea a mejor.
J Sergio González.
25 de mayo de 2011
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