Pontevedra
A la accesibilidad por el cine
Usuarios de la Asociación Amencer estrenan este jueves un documental que se acerca con ironía a la realidad diaria de los discapacitados
Sergio González, afectado de parálisis cerebral, es uno de los usuarios del centro de día que la Asociación Amencer-Aspace gestiona en Campolongo. Sergio (1976) ha escrito tres libros, dos de poesía (uno de ellos, titulado La vida es bella, se lo regaló en mano a la princesa Letizia cuando esta inauguró las instalaciones de Amencer en Vilagarcía) y otro de relatos. Pero en sus inquietudes culturales siempre estuvo muy presente el cine. Ahora, por fin ha hecho realidad ese sueño con la dirección del documental Mesa para cuatro, una película que estrenará este jueves en el Café Moderno de Novacaixagalicia, en una sesión que comenzará a las 11.30 horas.
Como su propio título indica, pedir mesa para cuatro personas con discapacidad, o ponerla, sigue sin ser algo sencillo. «Queríamos contar una historia -señala Sergio- sobre cómo las barreras arquitectónicas y no tan arquitectónicas nos impiden a las personas con discapacidad hacer una serie de cosas de la vida cotidiana. Muchas veces no nos fijamos, y esta película lo demuestra, que a veces aunque un sitio sea accesible, por ejemplo un supermercado, no significa que llegues a la caja de galletas».
El abrefácil
Con ironía, señala que «otra de las cosas que demostramos en la película es que una vez que has hecho la compra, hay otros problemas: algo tan famoso como el abrefácil, pues para nosotros abrir una lata no tiene nada de fácil», comenta mientras sus compañeros de reparto, Julio y Mayka, sonríen al unísono.
Y es que la accesibilidad, dice este joven pontevedrés, «no son solo las escaleras o las puertas». El guion fue trabajado en un obradoiro en el que se recogieron ideas de todos los usuarios «y luego le di un poco de forma e hice los diálogos», indica Sergio. Para este documental de una hora los protagonistas filmaron en varias localizaciones del centro histórico pontevedrés, así como en establecimientos de alimentación y restauración, de ropa y en un taller, en los que les prestaron toda la colaboración, además de pisos particulares.
Una vez estrenado el filme, el director quiere «moverlo», ya sea presentándolo en festivales o proyectándolo en residencias de mayores, colegios o cineclubes que quieran solicitarlo. «Estamos abiertos a lo que sea», señala.
Lo que quiere dejar claro con su película es que una vez más, se cumple el lema Se puede. «El mensaje que quiero transmitir a las demás personas con discapacidad es que si queremos, todo el mundo puede hacer aquello que se proponga: cine, un libro... No es una utopía».
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