Dicen que entre otras cosas, Dios es un ser que todo lo sabe. Y ayer, mientras mi curiosidad me traicionaba y mi atención se iba hacia conversaciones que me eran ajenas, escuché a una mujer decir que para ella "Dios era Google."
Me fui pensando en ello, y llegué a la conclusión, que seguramente no le faltase razón.
Ya dije el otro día, que un servidor no creía en Dios. Sencillamente porque a dicha existencia no le encuentro Razón de Ser. Pero debo reconocer que a día de hoy, Internet es la mayor fuente de información del mundo. Aunque, sea información sin sabiduría y en gran parte sin contrastar. Por ello, debemos tener cuidado con nuestros informantes, pues en la mayor parte de los casos, en lugar de informarnos, nos desinforman. También dejé claro en otra ocasión, que con esto de las nuevas tecnologías, cualquier persona, se las puede dar de periodista, algo que rebeja esta profesión a la altura del betún.
Por este motivo vuelvo a escribir un artículo en defensa de los escritores de calidad, en que cuanndo nos informemos en la Red, lo hagamos con conocimiento de causa y no nos quedemos con los primeros datos que llegan a nosotros. "Dios no lo sabe todo." Simplemente, porque Dios no existe. Por lo que si deseamos aumentar nuestra cultura con conocimientos que nos resulten útiles, debemos cercecionarnos, que nuestras fuentes son las adecuadas. De todos modos, que esta ley se cumpla, no significa que ya estemos preparados para transamitir. Pues en ese momento, se nos plantea una segunda cuestión:
¿Entendemos la información que tenemos delante?
Que conozcamos una información, no significa en absoluto que la comprendamos. De manera que después de conocer los datos, debos ser consientes de que somos capaces de quedarnos con lo esencial y de paso; "Que vamos a ser objetivos, a la hora de aplicarlos a la realidad" ¿Por qué digo esto?, sencillamente, porque cualquier noticia que llega a nosotros, se muestra después contaminada por nusestra forma de percibir, de entender la vida y las circunstancias personales que nos afectan a cada cual. Por lo que la objetividad, en muchas ocasiones, es una meta muy complicada de alcanzar.
Nadie lo sabe todo.
Pero todo el mundo quiere aportar su grano de sabiduría al mundo que lo rodea. Y me parece bien, siempre y cuando, nos informemos, comprendamos y transmitamos los datos de manera empírica. Y sobre todo, si sacamos la información de ese Dios llamado Google, pues en ocasiones, sin darnos cuenta, con quien estamos tratando es con un Diablo traicionero y seguirle los pasos, no nos va a conducir nunca por el buen camino.
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