Recitar poesía teniendo problemas de dicción, es todo un reto. Sobre todo si se realiza delante de un gran número de poetas. Pero ese fue mi gran reto el pasado viernes y con sinceridad y sin pretender regocijarme descaradamente, considero que me salió realmente bien, sobre todo teniendo en cuenta los nervios. Realizar un trabajo como este, no resulta nada sencillo y me resulta imprescindible realizar un trabajo previo, en el que adquiere una gran importancia mi logopeda Estela.
Es en su compañía donde ensayo este tipo de tareas, al menos en los últimos tiempos; ella me ayuda con la pronunciación, las pausas durante la lectura y cuando mirar o no al público, entre otras cosas. Trabajamos el correcto movimiento de los músculos de la boca, así como una correcta respiración. Cuestiones esenciales si deseas que cualquier discurso ante extraños te salga de perlas.
Muchas horas previas para que una actuación de apenas cinco minutos sea un éxito.
Como amante del teatro, la poesía y en cine es muy importante para mí ser capaz de expresarme de todas las formas y dejar que mis emociones se luzcan a flor de piel. Pero al tener problemas de vocalización debido a mi discapacidad, esta tarea me resulta realmente trabajosa, pues basta con que pierda la concentración absoluta por un instante, para que todo el esfuerzo se me valla por el desagüe. De manera que es muy importante para mí tener los soportes adecuados para realizar estas actividades correctamente.
El otro escollo a salvar, y no por ello, menos importante, es el tema de los nervios. Pues la tensión puede jugarte muy malas jugadas, por ello, ante todo es esencial mantener la calma, intentar olvidarte de que tienes un público delante tuya. Cuando levantes la vista, intenta mirar el horizonte, a la nada, el más allá...
Otra de las recetas clave es, controlar el sentido del ridículo y sobre todo decirse a uno mismo y de manera constante, que todo va a salir de perlas:
Recuerdo una anécdota, me ocurrió durante una actuación teatral. Mientras hablaba en público me dio un ataque de risa. Me sentí realmente avergonzado y llegué a decir que no volvía a actuar en directo; desde entonces, hice muchas más... y la mayor parte de ellas me salieron estupendamente. ¡Imaginaros si me hubiese rendido entonces...!
Desde mis inicios en el 2006, hasta los tiempos actuales, han pasado muchas cosas, he vivido muchas experiencias y conocido a mucha gente interesante y sólo, por que me decidí en su día a dar el primer paso. Mientras escribo esta parrafada, ya estoy deseando que me vuelvan a llamar para recitar ante el público, y si es posible, acompañado de una buena guitarra española.
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