Eres
luciérnaga beata,
arañada
por la cólera,
violentada
por la falsa caricia,
ésa que
venera el ataúd.
El mal
duerme en tu lecho,
Satanás,
usa tu toalla,
mientras
una pesada cruz,
es cargada
a tu espalda.
Te
prometió un reino dorado,
y te
agasajó con un infierno,
te vistió,
modelo de trapo,
volcó tu
futuro
en una
gélida tiniebla,
que te
doblega cada día.
Eres
corazón con grilletes
en el Hades del agravio,
tu vida se
perfuma con odio
y es
devota del engaño.
Eres diana
del martirio.
¡Maldita
sea la dicha!,
Que ayer
te dio su saludo,
rodeándote
con falsos espejos,
que
ocultaban su amargura.
¡Degradada
en vida!
De mierda
es tu corona,
cada hora
huele a rencor,
los
minutos juegan al odio,
con
instantes de pavor.
No busques
ayuda en el cielo,
que es
sordo y ciego,
busca las
voces del refugio,
donde no
reina el miedo.
¡Mereces
cruzar ese puente!
al otro
lado se halla la integridad,
atraviesa
ese túnel del terror,
y hallarás
tu dicha.
No
detengas tu marcha,
tu corazón
dicta el camino,
enciende
la llama dorada,
e
iluminarás tu felicidad.
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