En ocasiones resulta complicado una actividad que resulte útil y relajante al mismo tiempo que te aparte por unas horas de todo el esfuerzo intelectual que conlleva la tarea de escribir. Este año en el Centro de Día Amencer-Aspace de Campolongo (Pontevedra) encontré esa actividad en tres talleres (encuadernación, pintura y chapas), pero es esta última a la que quiero dedicar un pequeño artículo.
La elaboración de chapas una vez que tienes los diseños hechos y las hojas recortadas, es un trabajo que hasta un necio para las manualidades, como es mi caso, puede llevar a cabo casi sin ninguna supervisión. Y la verdad es que cada vez que me dedico a este menester, consigo lograr olvidarme de todo ese mundo virtual y absorbente que nos rodea a todas horas. Adoro ser "chapero" y espero sinceramente, que la asociación Amencer cuente conmigo para esta labor.
Si no le he dedicado un artículo a esta actividad hasta el momento ha sido únicamente porque otros textos me parecían más urgentes. Por otro lado, son muchos los temas que en referente a mis actividades en el Centro de Día me quedan por testimoniar por escrito (actividades de la vida diaria, matemáticas con Montessori o mi labor como voluntariado en la AECC) pues con todas ellas he conseguido conquistar nuevos horizontes en mi vida, espero hacerlo en un futuro cercano.
Hoy solamente he querido hacerlo sobre la elaboración de chapas, pues se trata de una de esas actividades en la que no me importaría e incluso me gustaría contar con un futuro profesional. Porqué sí, con 43 años me sigo planteando a que me gustaría dedicarme el día de mañana...
Y hasta aquí, esta pequeña reseña. ¡Un cordial saludo a todos!
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