Hacía ya muchos años que no participaba en un desfile de carnaval, la última vea había sido con la Cruz Roja y lo había hecho vestido de saco de café, nos acompañaba creo, una carroza con forma de cafetera, aunque si queréis que os sea sincero, esto ya no lo recuerdo con exactitud, lo que sí puedo decir, es que mi buen amigo Julio Arosa se había convertido junto con su inseparable silla de ruedas, en un azucarero. A pesar del cansancio, del baile continuado, con sus pasos, con sus ritmos, guardo un grato recuerdo de aquel día. Pero desde entonces a pesar de que han sido ya muchas las estaciones que han pasado por delante de mi cara, no había tenido la oportunidad de participar en algo así. A lo mejor es posible que mis compañeros de la Asociación Amencer-Aspace se vayan planteando un proyecto similar en un futuro cercano, porque sin duda alguna, la experiencia merece la pena.
La fecha agraciada para repetir mi experiencia en un desfile de carnaval, fue el sábado pasado 22 de febrero. Esa tarde volví a pasearme disfrazado por las calles de mi ciudad, mientras éramos observados por millares de pupilas, pero en esta ocasión, lo hice sobre ruedas, acompañado siempre por mis "hermanos" del Programa RODANDO, de ciclismo adaptado. Poder repetir esta experiencia después de tanto tiempo, creo que más de veinte años, algo que se dice pronto, ha sido para mí un verdadero SUEÑO, así con mayúsculas, pudiendo repetir esta vez como si de un viejo rockero se tratase una experiencia tan hermosa y emocionante, en la que tras finalizar, hizo que una frase viniese a mi cabeza de manera recurrente, una y otra vez: "Quiero repetir...", por ello quiero agradecer una vez más a todos mis compañeros por "esta oportunidad, por esta hermosa experiencia que una vez más me habéis hecho vivir..."
Parezco un macarra, pero me gusta. |
El tema escogido como disfraz fue el de rockero heavy y reconozco que por unos instantes conseguí sentirme como tal. Suelo vestir de una manera bastante tradicional "clásica" y poder meterme por unas horas en la piel de un viejo rockero, ha sido para mí, sencillamente, algo alucinante. Solamente nos faltaba una banda sonora, un tema de AC/DC, o algún clásico similar, que nos acompañase durante el recorrido, (tomemos nota para próxima vez), y una coreografía, aunque esto último con las bicicletas (triciclos), quizá sea apuntar hacia lo imposible.
El recorrido se me hizo tan ameno como corto, el tiempo se puso de nuestro lado y además mi pareja se animó a venir conmigo, por lo que pedir más, sería un pecado mortal.
Fue una tarde de risas, de paseo en bicicleta y sobre todo de sentir como el espíritu del carnaval se sumergía por mis venas, animándome el día, regalándome un momento de paz y felicidad, que me hizo olvidar aunque solamente fuese por unos instantes, algunas malas noticias sufridas en los últimos días. Por ello, quiero dar una vez más las gracias a todo el equipo de voluntarios/as, que forman el Programa RODANDO, pues es gracias a ellos, el que podamos participar en este tipo de eventos y con ello, sentirnos un poco más partícipes en la sociedad.
Una vez más... "Ha sido un placer, poder participar..."
Y ahora... a por el siguiente reto.
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