LÁGRIMAS
Vierto
lágrimas nostálgicas,
recordando
tus besos matinales,
con
sabor a frescor de madrugada,
los
cuales, en ocasiones persigo,
como
un furtivo en celo permanente.
Vierto
lágrimas sin pudor,
rememorando
nuestros paseos,
por
las calles de nuestra Pontevedra,
de
la que estamos tan enamorados,
por
ser cuna de nuestro amor.
Vierto
lágrimas y más lágrimas,
pues
mi corazón necesita alivio,
y
no lo halla en sitio alguno,
es
un tesoro escondido en el alma,
y
perdí la llave que abre su cerrojo.
Vierto
lágrimas de cocodrilo,
reviviendo
nuestras tardes en el parque,
y
el calor primaveral, como testigo directo,
de
cómo nuestras salivas se fusionan,
en
un beso con agridulce sabor a nostalgia.
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