Por
José Sergio González Rodríguez.
Amo pintar, pero soy consciente de que se trata de una actividad que no se me da bien, pese a ello, me hacía una gran ilusión realizar un merecido homenaje a mis botas, por ello, se me ocurrió la idea de hacerle un cuadro. Le propuse mi idea a mi monitora Rosa, quien realizó las gestiones necesarias para que mi nuevo sueño pudiese ser llevado a cabo. Pero ha sido realmente mi buen amigo Maxi, voluntario del programa rodando y con vocación de pintor, quien ha guiado mis pasos, también mis manos en este sueño de retratar mis botas, mis pies y también, una de las limitaciones de mi discapacidad.
El trabajo todavía no está terminado, pero para mí es todo un reto, así como la ilusión de ser pintor por algunas horas (como me satisfaría la idea de que se encontrase en una actividad cotidiana para mí, como lo es el ajedrez o la escritura, pero eso quizá sea mucho pedir), lo que sí puedo garantizar es que estoy disfrutando de cada segundo que paso ante el lienzo y que en el fondo, me gustaría que la actividad no terminase.
¡Gracias Máximo, gracias Rosi!, por el tiempo libre que me dedicáis para que pueda hacer esta obra, no de arte, pero tanto da, que me sirva como remate dorado para narrar y recordar para siempre, mi experiencia de hacer el Camino de Santiago, algo que ya nadie me puede robar, pero también, por permitirme realizar este merecido homenaje al calzado que sufre mi caminar.
¡Gracias a Amencer Aspace, por darme la oportunidad de acariciar un nuevo sueño, el de pintar!
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