Un Infierno en mi Boca es un poema dedicado a todas aquellas personas que sufren disfagia u otros problemas de deglución, la obra no busca la maestría sino simplemente reflejar una realidad que sufren muchas personas, aunque ello no sea siempre evidente.
preso por las alas del miedo,
en lugar del gozo,
sufro los aires del infierno.
viste de oscuro desafío,
reto para este homo,
cargando su destino.
¡Qué desleal es mi alimento!,
el amo de la saciedad,
es el Dios de mi tormento.
infantes salidos del plato,
tanques de doble consistencia,
bombardean mi esófago,
mientras toso entre lágrimas.
Me toca lamerme las heridas
en este hades sin fin.
S.O.S. sin respuesta ante la invasión,
toso, sufro y lloro,
sufre hasta mi humilde corazón,
mis fueros a flor de piel,
y lo que hasta ayer era placer,
hoy se vuelve ruda hiel.
el espesante es mi compadre,
el texturizado me ofrece su escudo,
facilitando mi posible victoria.
el sudor colapsa mi piel
pero esta guerra no termina
y nadie lo pone sobre papel.
disfrutando del sufrir humano,
el atragantamiento de los afligidos,
es gozo de un cielo despiadado.
la injusticia,
terquedad del destino
que envenena mi plato,
caótico desfile esofágico,
veneno en mis carnes,
miedos en mi alma,
Más espesante protector,
baño alimenticio en papilla,
y mi vida, es cruel pesadilla.
Un infierno en mi boca.
cuando suena la campana
llamando a los comensales,
hoy mi alma, lo pasará mal,
como un cuento masoquista,
habitando esta nueva realidad.
¡Esto es muerte, no vida!
Comer, beber,
castigo, dolor,
látigo del destino,
en la punta de mi tenedor.
plato del horror,
el enemigo es un espectro,
que violenta mi ego en la mesa,
flagelándome a bocados,
robándome todo placer,
que el ser dichoso,
cuenta a puñados,
a la hora de comer.
José Sergio González Rodríguez
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