Por
José Sergio González Rodríguez
Es muy complicado que a mí me impacte una película, puedo decir que a lo que cine se refiere, ya lo he visto todo. O eso creía, porque en la noche de ayer vi PLEASURE, y debo reconocer que fui incapaz de quedarme indiferente ante ella. Eso sí, llegué hasta el final y disfruté de una pequeña joya del cine moderno. Una película llena de color, dinamismo y buen cine crítico. Una obra necesaria que tardó demasiado tiempo en realizarse pero que, al fin, ya forma parte de nuestras vidas para abrirnos los ojos hacia el oscuro mundo de la pornografía.
Pleasure (2021), es una mirada crítica y dura al negocio del sexo y muy concretamente hacia el mundo del porno así como de las actrices que viven de este negocio. Pese a que la protagonista no es obligada en momento alguno a trabajar en el negocio, la verdad es que por mucho que te guste ese mundo, y estoy convencido de que en la mayoría de los casos no es así, la degradación que uno/a sufre en este tipo de trabajo y no creo que la cinta exagere, no es digno de persona alguna. Hombres y mujeres despojados de toda dignidad, desnudados y obligados a realizar toda clase de acciones de carácter sexual. Sadomasoquismo, doble penetración, lluvia dorada, spanking... son millares las etiquetas a través de las que se puede humillar a una persona. Por desgracia hay gente que se ve obligada a ceder a este tipo de mundo para poder llevarse el pan a la boca. Pero eso es algo que no te dicen, por lo que debemos leer la letra pequeña.
Desde que alcancé la mayoría de he sido consumidor de cine porno, primero alquilando películas e los videoclubs, después a través de Internet, entrando en un mundo escabroso, en el que todavía me encuentro sumergido. Es duro y deseo escapar, pero no es sencillo y uno recae una y otra vez. Es muy triste. Como también es triste que tenga que haber visto una película como ésta para caer del guindo. Pero supongo que no hay mal que por bien no venga. Eso no quita de que uno pueda seguir disfrutando del cine erótico de calidad, donde reconozco, hay verdaderas obras maestras.
Pero este artículo, también viene a cuento por otro motivo. Estos días los diferentes medios de comunicación estuvieron haciendo eco de una noticia realmente preocupante. Gracias a los móviles, a Internet... tienen acceso ilimitado a todo clase de contenidos, muchas veces sin ningún tipo de filtro que los frene un poco. Y ello, es algo que deberíamos cambiar, necesitamos que familias, profesores, sacerdotes... se ponga de acuerdo para guiar a nuestros infantes por el buen camino, haciéndoles vivir la sexualidad como algo natural, con la ética y el respeto que merecen, como algo sano y bello, siempre y cuando se respete al prójimo en todo momento. Todo lo contrario de lo que nos venden muchas obras pornográficas. Por no decir todas. Obras que nos venden un sexo como carne comercial de bajo coste. Como algo vicioso y perverso... todo lo contrario de lo que debe ser en realidad.
El sexo, en mi opinión debe ser algo hermoso, sano y consentido para poder disfrutar de él, debemos librarnos de esos genitales enormes que en la realidad no existen.
La pornografía hace mucho daño. Lo sé por experiencia, porque lo vivo en mi día a día, un mal del que no es fácil salir y para lo que en muchos casos se necesita de ayuda profesional. Yo por desgracia, no la tengo. De todos modos, estamos aun en enero y creo que es tradicional proponerse nuevas metas cada vez que comienza una nueva vuelta al sol. Bien, pues la mía, para este año, será dejar de consumir este tipo de contenidos, pues creo que realmente no merecen la pena. Dañan la mente, bajan la autoestima y provocan problemas de memoria, concentración y aislamiento social...
"Tú, si todavía estás a tiempo, no entres en este mundo. No te conozco, pero te lo digo como amigo".
También soy consciente de que no es la primera vez que me hago este tipo de promesa, también que voy a dejar de masturbarme de manera compulsiva, sé que no es la primera vez que lo digo, pero siempre me digo que ésta va a ser la definitiva... Veremos si es verdad.
En todo caso: "Gracias, Pleasure, por abrirme los ojos"
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