POEMA CONTRA EL MACHISMO

 
TÚ, GRAN MUJER
 
Tú, gran mujer,
que tanto tienes por decir,
con mil metas por cumplir,
con todo por hacer,
 
Tú, gran mujer,
tienes mucho en lo que creer,
sueños que perseguir,
y almas a las que querer…
 
Mereces ser mecida por la calma,
ser venerada como una diosa pagana,
caminar entre sedas y algodones,
que mimen cada esquina de tu alma.
 
Tú, mujer….
 
La más bella de las musas,
no renuncies jamás,
a la melodía de las risas,
pues ellas sanan las almas.
 
Tú, mujer…
Te debes a tu libertad…
 
Como gaviota en el cielo,
o abeja de flor en flor,
con tu inteligencia y valor,
 ensalzas todo logro.
 
¡No te deje aplastar!
 
No eres hormiga en el césped de un jardín,
ni mascota de ideales de las cavernas,
eres las estimables fuerzas que alimentan,
los sueños de este poeta desnudo de musas.
 
Tú, mujer,
no te olvides de gozar,
de creer en lo que te dicta el alma,
no te dejes amedrentar,
por quienes tratan de robarte la calma,
 
 
la armonía que das a cada mañana,
el valor que das a cada tarde,
el ángel que vela cada fría noche,
con cada sonrisa, con cada lágrima.
 
Sal, vive,
sé libre y feliz,
que no te callen,
tienes mucho que decir…
 
que no te encadenen,
no eres una prisionera
alma llena de poderosa valía,
capacitada para comerte el mundo.
 
Tú, mujer,
reclama tu libertad,
el respeto que todos merecen,
por derecho, no por piedad.
 
Que nadie juzgue tu vestir,
no tienen derecho a hacerlo,
que nadie te marque tu vivir,
pues tú eres tu única dueña.
 
Que el patriarcado no te calle,
no eres oveja a la que pastorear,
eres una persona con voz y voto,
¡Nunca te deje pisotear!
 
El patriarcado es hijo del demonio,
eje supremo de todo mal,
una enfermedad del ego humano,
que todos debemos exterminar,
 
como un tumor salido de la nada,
como una plaga venida del mar,
para amargarnos una existencia,
que ni los dioses saben valorar.
 
Tú, mujer, abandona tu jaula,
echa a volar,
te esperan el cielo,
y el ancho mar.
 
Reclama tu valía,
por el sendero de la igualdad,
eres una brújula que marca el norte,
donde gobierna La Paz.
 
José Sergio González Rodríguez.
Poema dedicado a todas las mujeres.

AGOSTO MELANCÓLICO

 
MIS SUEÑOS ADORNAN LAS CUNETAS
 
1

Agosto, me engalana de luto,
con su mantilla de pesadumbre,
roba mis ansias por el camino,
rodeado por un tiempo en derrumbe.
 
2

Mis sueños adornan las cunetas,
como víctimas del horror humano,
cohabito entre realidades funestas,
que nos envenenan con sus fábulas.
 
3

Ya no queda un solo halo de sosiego,
anidando mi pobre alma de pecador,
¡Creedme cuando anuncio desolado!
Que soy hombre sin fe, ni santo amor.
 
4

Este mundo lleno de demonios de azufre,
me encadenó a una vieja zarza ardiente,
me robó la esperanza como un cruel ratero,
al tiempo que mi valor se iba de solitario vacío.
 
5

Soy como esa tierra árida del desierto,
estéril de cualquier señal de santa vida,
soy como una hermética urna funeraria,
que guarda las cenizas de todo recuerdo.
 
6

Agosto me engalana de luto,
invitándome a su festejo trágico,
me visto con un millón de lágrimas,
mientras me invade el negro sepulcro.
 
7

Luto de amores, luto de ilusiones,
de luto se arman estas jornadas,
gobernados por diablos infernales,
donde no hay esperanza, solo burlas.

José Sergio González  Rodríguez.

 

NO AL ABORTO

 

POEMA HOMENAJE A VAN GOGH

 

BUSCO A DIOS, EN EL COLOR DE LOS GIRASOLES

 

1

Busco a Dios, en el color de los girasoles,

por eso me postro ante los cuadros de Van Gogh,

pues sus manos poseían un don divino,

que solamente habita en las almas inmortales.

 

Maestro, siento como tu girasol me habla,

cada vez que me arrodillo ante tus lienzos,

tu mano posee una divinidad sin sombra,

tus colores se me funden en mil abrazos.

 

Si para hacer tu arte hay que vivir solo,

entre las sombras de la fría locura,

venga a mí ese mal salido del infierno,

si con ello, estas letras, se vuelven cultura.

 

Si mis letras se hiciesen artes mayores,

como las salidas de las manos de los ilustres,

si mi futura tumba fuese objeto de honores,

me sentiría vivir dichoso en uno de tus óleos.

 

 

2

 

Busco a Dios en los girasoles, en los almendros,

los naranjos, los meandros de los ríos del mundo,

en las gaviotas y demás aves de los cielos,

busco al Padre en cada obra y vida del Paraíso.

 

Busco a Dios en la Montaña, allí escribió la Ley,

lo busco en toda agradable mirada, bondad,

humildad, gesto o acto salido de su amor paternal,

igual que busco su perdón, mi salud y su caridad.

 

Porque era el verbo antes que la obra,

porque nada surge si no viene de Su Mano,

porque Él, nos marca el camino y la hora,

le pido que me guíe igual que al hermano.

 

No sé si Van Gogh le trazó entre girasoles,

solo puedo decir que veo divinidad en cada trazo,

que cada vez que contemplo sus colores,

Le siento, regalándome su manso abrazo.

 

José Sergio González Rodríguez