Se me
han despintado los tonos de la firmeza
entre
ideales oxidados por el paso del tiempo,
fui
conquistado por una patria sin medianera,
que
enamoró mi alma deseosa de sentimiento.
Perdí
entre las moradas de escombros rancios,
los
hilos que ataban mi esperanza a lo eterno,
extravié
mi fervor por los dioses añejos de ayer
que
de sumisión emperifollaron a mis ancestros.
Puse
rumbo por los océanos de la incertidumbre,
apremiando
esa estela que nos heredan los sabios,
descifré
entre líneas la veracidad de sus parábolas,
trocando
toda mi ignorancia en un saber caudaloso.
Seguí
los vientos que navegaban hacia el frío blanco,
para
ver si entre las profundidades de su rocoso hielo,
hallaba
un núcleo candente que alimentase la razón,
y
dejándome cautivar por su maná, matase mi llanto.
José Sergio González Rodríguez.
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