CADA ETAPA ES ÚNICA, DISFRUTO A TOPE DE CADA INSTANTE DEL CAMINO

 

Tercera etapa del Camino de Santiago. En esta ocasión, la etapa transcurrió entre Redondela y Pontevedra, mi lugar de nacimiento. Reconozco que cada etapa la llevo mejor que las predecesoras, pero mantengo la misma ilusión que el primer día, eso sí, con sentimientos encontrados: Porque por un lado deseo abrazar al Apóstol Santiago, por otro, estoy seguro de que en el momento que lleguemos a la Catedral, para ello todavía faltan varias etapas, me sentiré algo vacío, al saber que no volveré a disfrutar con momentos como estos que ahora están abrazando mi vida con fuerza, regalándome con ello, apoyo e ilusión a raudales.

Una vez más, nunca me cansaré de ello, quiero dar las gracias a todo el equipo de voluntarios, a mis hermanos de camino, que me acompañan en esta increíble aventura, a Silvia, a mi amiga y monitora Rosa, que me acompañó en esta etapa, a mi compañero Jenner, de quien me siento más unido cada día que pasa y al Programa Rodando, que cambió mi vida para siempre.

¡Pero ojo!, voy a por más... no tengo ganas de quedarme a mitad de trayecto. Estoy aquí para luchar hasta el final y deseo dedicar esta etapa, al amor de mi vida, Mayka y a todos los compañeros de Amencer-Aspace, que les gustarían poder gozar de los grandes regalos que me da la vida...