domingo, 29 de marzo de 2020

UN POEMA PARA ESTOS TIEMPOS DIFÍCILES


La imagen puede contener: J Sergio González Rodríguez, sonriendo, barba y primer plano
Contra lo invisible


Hoy, los héroes se baten contra lo invisible,
un maligno despiadado que enferma el aire,
su devastación no respeta ninguna frontera,
su ira le viste con el uniforme de la muerte.

A este Lucifer no lo silencian los fusiles,
ni teme la furia de los furiosos cañones,
para vencerlo en su campo de batalla,
lo combatiremos con osados corazones.

Un enemigo salido de lo más pequeño,
ha unido las almas de todo el pueblo,
uniendo todas las dichas en un puño,
que no se conforma con el simple duelo.

Españoles, hoy ser pueblo es una virtud,
juntos seremos la espada del victorioso,
hoy convertiremos en dicha toda cruz,
haciendo del mañana un día glorioso.

Hoy, más que nunca, seremos pueblo,
alma del obrero que se viste de osadía,
ahora nuestra unión es una ruda coraza,
donde rebota el más temeroso enemigo.

Hoy, más que nunca, debemos ser pueblo,
una fuerza unida contra este letal enemigo,
la clausura será un escudo contra el horror,
hoy tapo mi boca, mañana cantaré victorioso.

¡Lucifer…! No bañarás en éxito tu propósito,
el camino de los precavidos es lugar sagrado,
tu amenaza será revertida por mi constancia,
mañana… serás un trágico instante del tiempo.

Un mal al que habremos ganado con escalera,
en la mesa del casino donde se juega la vida,
seremos un pueblo unido por el don del amor,
vistiendo este mundo de un paraíso soñador.

José Sergio González Rodríguez
29 de marzo de 2020

martes, 24 de marzo de 2020

MI CORAZÓN DEBERÍA IRRADIAR ALEGRÍA



Vivir en una casa a pocos kilómetros de la ciudad de la que te has enamorado, porque yo soy un hombre enamorado de la ciudad, de mi urbe, la bendita Pontevedra. Una Capital, la cual no cambio por nada en el mundo, pero contando con un amplio entorno natural, verde, alrededor de mi propiedad, es sin duda una de las mayores bendiciones con las que puedo contar en mi vida. Puedo asegurar que soy el primero en sorprenderse al verme redactar estas palabras, pero así es, mi casa es ese preciado tesoro, que por tenerlo tan asegurado, nunca supe apreciar debidamente. Pero éste último punto, tiene su explicación.

“Siempre dije que yo en una casa de campo no sabía qué hacer… y en parte es cierto. Soy un hombre al que le gusta tener toda la autonomía posible, un amante de la libertad que odia profundamente dar explicaciones de sus actos. Un hombre que ama los bares, las librerías, los cines, los video-clubs (tengo un artículo sobre este tema que tiene ya algún tiempo y que me consta tuvo buena acogida), de los paseos por la ciudad, las conversaciones con la gente, la prensa… y encontrar todos esos incentivos alrededor de mi casa me resulta bastante complicado. Por ello, siempre me diagnostiqué como un amante del asfalto.

Pero en los momentos actuales, en los que el mundo entero se encuentra amenazado por la terrible enfermedad del Coronavirus, poder contar con una propiedad así, reconozco que es una gran ventaja. Mientras millones de personas deben permanecer encerrados en sus casas a cal y canto como delincuentes o como monjes de clausura, yo tengo la suerte de poder contar con  un amplio campo por el que moverme. No soy un caso excepcional (sé que hay muchas personas en el mundo en mejor situación que yo), pero reconozco que se trata de una gran suerte. En cualquier caso con ello no quiero regodearme de la gente que no tiene esa suerte, ¡jamás haría algo así!, simplemente quiero ser sincero conmigo mismo y reconocer, que pese a mis limitaciones, soy una persona con suerte, por esto y por la cantidad de cosas que me ha ido aportando la vida a lo largo de toda mi vida.

Aquí, donde me encuentro no hay cabida para la soledad, en las noches de verano, si dejas las ventanas abiertas puedes escuchar el grato sonido de los grillos como nana nocturna, así como el piar de los pájaros por las mañanas. Uno sale al jardín y se encuentra rodeado de plantas, de un bello estanque decorando en el medio del mismo. También, durante las noches despejadas de verano, uno puedo contemplar el firmamento estrellado como capota natural y con ello ser testigo de la belleza de la creación. Eso es vivir en Marcón, es hallarse un poco más cerca del Paraíso.

Por si todo esto fuera poco tengo la suerte, gracias al esfuerzo de unos padres generosos que lo dieron todo por sus hijos y lo siguen haciendo, una hermosa finca (leira), se dice en tierras gallegas, con frutales, con mucho espacio para moverse, para trotar cuando eres niño…
En ocasiones me imagino caminando por la finca mientras trato de jugar al escondite con una avispa, sí, se trata de un sueño peligroso, pero por suerte y de paso también contra natura, yo consigo escapar siempre de ella.  Vale, es algo absurdo ¿pero a caso los sueños tienen que tener sentido? En otras ocasiones, o en otros sueños mientras disfruto de una pera recién cogida del árbol, noto como mis vísceras bailan de alegría dentro de mí. En definitiva… me siento bien. (Un poco como el título de la famosa canción de Hombres G), a los que a pesar de no conocer personalmente, como los considero uno de mis grupos nacionales favoritos, quiero mandarles un cordial saludo mientras los invito a volver pronto a Pontevedra.

“Hoy me siento bien”, a pesar de todas las desgracias que infectan este mundo, a pesar de los mil y un dolores que acechan a mi cuerpo, “Me siento bien”, genial, feliz, algo que me sorprende gratamente. Me siento un poco más a gusto conmigo mismo, siento que me hallo un poco más cerca, quizá más cerca que nunca, de hacer las paces con mi propio ego y eso, es decir mucho, viniendo de mí. Los días como estos, mis ganas de amar se incrementan, tengo deseos de hacer el bien, de recobrar las energías que me faltan para poder empezar de nuevo. Por eso, también hoy deseo que la humildad y el agradecimiento formen parte inclusiva de la columna vertebral de este artículo.  Aunque en el fondo, no estoy convencido de que esto sea crónica alguna, más bien creo que es una humilde carta a Marcón que se me ha salido de madre…

Quizá sea por todo esto, puede que existan más motivos… en lo más profundo de mi ser cósmico creo que tengo la obligación de sentirme una persona dichosa, considero que mi corazón debería irradiar alegría por los cuatro costados. Y en ocasiones, incluso me viene a la cabeza la idea de crearle una oración  profana a esta tierra, un canto salido de mi propio éter, pero temo que eso no será así por el momento, pues no me siento lo suficientemente preparado.

Y hasta aquí otro pequeño artículo destinado a invertir el tiempo que este Coronavirus nos mantiene  confinados.

Espero que les guste.

Mañana, me gustaría despertar temprano… creo que otro gran día por venir.

José Sergio González Rodríguez.


sábado, 21 de marzo de 2020

QUIERO SER FELIZ


Hoy

Hoy…
Hoy, quiero ser feliz,
por ti,
por mí,
hoy… seré feliz.

Hoy quiero ser feliz,
deseo ser feliz…
por si mañana no suenan las caracolas,
por si el cielo deja de vestirse de azul,
o estos ojos dejan de ver la luz de los tuyos,
por eso, hoy, tengo que ser feliz.

Aunque todas las bocas enmudezcan de pronto,
o la vida deje de sentir toda su gran valía,
por si el corazón se para demasiado madrugador,
¡Hoy, quiero ser feliz!

Hoy deseo ser feliz,
contagiarte mi ego,
deseo ser una dicha,
 delicada en tus manos ,
observaremos el atardecer del tiempo
entrelazados como dos amantes perdidos,
en algún instante del dulce recuerdo.

Hoy…
Hoy, quiero ser feliz,
por ti,
por mí,
hoy, te lo juro
 tengo que ser feliz.

Hoy miro a mi oscura retaguardia,
los destinos ajenos caminan erguidos,
con una dicha a la sombra de mía,
¡y yo me quejo!
Mientras esas almas
que no dejan de sonreír a esta vida,
que deambulan entre tanta indiferencia.

Hoy, tengo que ser feliz,
pues mi horizonte aun tiene luz,
debo ahogar toda agonía sin sentido,
y descolgarme de esta absurda cruz.
Debo perdonar, debo perdonarme,
pues soy humano herido de muerte,
en el ego de mi inconsciente.

Soy un ser herido,
que agoniza en un espectro,
herido de ira,
de odio, de melancolía,
y un herido que no olvida,
que no cura su alma,
es un cuerpo leproso,
que ninguna dicha,
escoge por guarida.

Hoy, quiero volar entre nubes,
mezclarme con Gea,
hasta entender su esencia,
cantarle mil canciones
mientras brindamos por Ra.
Y con ella por compañera,
desnudarme de todo temor,
con ese amor puro,
fresco como una tetilla,
queso en manos del artesano
una tetilla, que sabe a cielo.


Hoy…
Hoy, quiero ser feliz,
por ti,
por mí,
hoy, quiero ser feliz.

José Sergio González Rodríguez.
21 de marzo de 2020

jueves, 19 de marzo de 2020

HOY ESTOY AQUÍ...



La imagen puede contener: J Sergio González Rodríguez, sonriendoEl virus COVID-19 acaba de entrar en la vida diaria de medio mundo. Al parecer tuvo su cuna en Asia, en la zona de China y con el paso de las semanas ha demostrado ser un enemigo de gran virulencia capaz de conquistar el mundo más rápida y terroríficamente que el Gobierno más poderoso de la tierra. Un virus que nos ha puesto de rodillas mientras con terror vemos como muchos de nuestros hermanos abandonan esta vida sin que podamos impedirlo. "El siguiente puedo ser yo", es una de las ideas que deben pasar por todas nuestras cabeza, o al menos de la mayoría. 

Con el objetivo de plantarle cara este virus, el Gobierno Español encabezado por Pedro Sánchez ha impuesto una serie de medidas de vital importancia, entre las cuales cabe destacar la de quedarse cada cual en su casa. Y que únicamente se salga a la calle por motivo de causa mayor. Este hecho junto con una mayor higiene evitar las aglomeraciones, o el contacto directo con otras personas, son algunas de las más importantes. Ya que son pasos de gran importancia que debemos seguir para que la enfermedad prosiga avanzando de manera descontrolada. -El pico más alto de contagiados todavía no ha sido alcanzado y cualquiera de nosotros no está libre de caer enfermo- no es ninguna broma. El virus parece que está haciendo su agosto sobre todo con la gente mayor, ha día de hoy ya son muchas las personas de la tercera edad que han caído en el campo de batalla contra esta enfermedad. Pero los medios del Gobierno nos avisan de que nadie se encuentra libre de sucumbir ante este mal, aunque algunas personas se hallen en cierta desventaja.


Esto debería ser ya motivo suficiente, para que haciendo uso de nuestra empatía, todos cumpliésemos con las normas que se nos están dando. Por desgracia, en la viña del Señor cabe toca clase de personas y parece que en el mundo y en mí país, quedan suficiente energúmenos que parece importarles un huevo frito las normas y siguen a lo suyo como si nada. Solamente hay que ver la cantidad de actuaciones que tienen que realizar las Fuerzas de Seguridad del Estado. ¡Es que no tiene vergüenza!, ¿tan poco les importa la vida? 


Quien me conoce bien puede confirmar que un servidor siempre fue hombre de ciudad, de pasar más tiempo en la calle, los bares o las librerías que en mi propia casa.  Siempre fui un amante de la ciudad, de los paseos, del consumo desenfrenado y en cambio cuando surgió la alarma, no dudé un solo momento y decidía confinarme en casa, por mi bien y por el de todos mis vecinos pontevedres a los que considero como una parte esencial de mi vida. Cogí los petates junto al resto de mi familia y me vine al campo para pasar en casa esta cuarentena. Reconozco que a pesar de vivir aquí, no recuerdo haber pasado aquí seguido tanto tiempo desde hace muchos años, al no ser que me encontrase enfermo y creo que ninguna gripe me tuvo tanto tiempo en casa.



"A día se hoy no tengo síntomas de Coronavirus, pero nunca fui una persona de tentar demasiado al Diablo".

Como iba diciendo, a pesar de ser un hombre urbanita creo que nunca estuve tan agradecido como estos días por poder contar con una casa de campo. Una suerte, que por desgracia, no todo el mundo se puede permitir. Y doy gracias a mis padres por haber construido con tanto esfuerzo un lugar así. Gracias a esta propiedad no tengo que permanecer encerrado entre cuatro paredes, puedo salir al aire libre, solo, y tomar el sol al aire libre. Supongo que este es uno de los grandes beneficios que tiene la propiedad privada respecto a lo público, supongo que me estoy aprovechando de contar con un capital, que además no es mío. Y también creo que en estos momentos podría recibir críticas por proclamar lo público a los cuatro vientos y ahora, acogerme a lo privado. Puede ser. Pero el caso es que doy;



"Gracias a mi familia por contar con un sitio como éste"

Porque gracias a contar con esta pequeña casa de campo, este lujo que durante muchos años no supe valorar como es debido, ahora no tengo que permanecer confinado entre cuatro paredes. Por que de ser así, estoy convencido que ya me estaría volviendo loco de remate. Por ello, reconociendo el gran esfuerzo que se encuentran haciendo mis hermanos españoles, quiero darles todo el ánimo que tengo en mi corazón por medio de esta carta-artículo que hoy estoy redactando. Y por supuesto, amplio este cariño a todos mis hermanos del mundo. Creo que entre todos, con esfuerzo, privación, dedicación y mente positiva, podemos llegar a vencer, este virus que hoy tantos condicionantes y barreras está poniendo a nuestras vida. Tenemos que ser fuertes, hacer todo lo que se nos mande desde el Gobierno y Servicios Oficiales y no sucumbir a esta plaga... ¡Hacerlo es sin duda, ser un Patriota!, es amar y servir a la Nación de uno del mismo modo que la defenderías si fueses invadido por un ejercito convencional. ¡Españoles, estamos en guerra, el enemigo es un virus y entre todos, si unimos nuestras fuerzas, lo venceremos!, pero no podemos desfallecer en el camino, debemos ser decididos y no permitir que la mano nos tiemble, que la duda nos oprima y el confinamiento hunda nuestro estado de ánimo, porque en nuestra fuerza interior, se halla toda salida.


EL PESO DEL CONTACTO HUMANO


Una de las cuestiones que más me están haciendo pensar es le falta de contacto humano. Meditando estos días, me he dado cuenta de la poca importancia que le estaba dando a la realidad que me rodeaba mientras buscaba oasis en mundos virtuales que nada o poco tiene que ver conmigo en realidad.

"Siempre buscando amigos en el Facebook...
cuando los mayores tesoros,
los tengo a mi lado. Y sin saberlo,
cada día les recibo con cara indiferente".

En pleno Siglo XXI vivimos más en la nube virtual que en la realidad que nos rodea. Y la verdad es que me parece algo muy triste. "Pensamos que la felicidad viene de lejos, cuando vive a nuestro lado".  Mientras escribo este articulo, me estoy perdiendo una hermosa convivencia en familia, pero que todo sea por aportar un grano más de positivismo a la sociedad. 

Durante esto días de confinamiento obligatorio, creo que de alguna manera estoy redescubriendo a mi familia y lo que pensé, iba a ser una tortura, lo estoy viviendo como una bendición caída del cielo. Con el paso de los días, poco a poco me estoy alejando de los superfluo para encontrarme de nuevo con los verdaderos tesoros que brillan en mi vida. No hablo de tesoros materiales, sino de otros mucho más importante, una especie de tesoros que solamente pueden surgir o guardarse en el corazón, pues se trata de joyas emocionales, de esos que te pueden cambiar la vida para siempre en el momento que menos te lo esperas. Y es que uno solamente tiene que alejarse del lenguaje binario para reencontrarse con una hermosa vida real, para hallar toda humanidad que te rodea y de la que no te habías dado cuenta. El estar con los seres queridos... disfrutar de la naturaleza al ser posible y sobre todo desconectar de una rutina que hace tiempo perdió todo su sabor, para poder volver a recibir los bienes que te regala la vida con la humildad que se merece. Estos días no tengo que estar pendiente del despertador, día y noche, acción y descanso se funden en un solo tono donde se entremezclan toda clase de sensaciones. 


Por eso, estos días me he dado cuenta  el poder de la familia, de lo importante que es estar unidos con los que llevan tu sangre. Y cuando me decían: Pasa más tiempo con tu familia, no sabes lo que te estás perdiendo y cuando te des cuenta, va a ser demasiado tarde para volver atrás... cuánta razón hay en este tipo de palabras y estos días me estoy dando cuenta de ello.  "Ayer estaba ciego y tuvo que venir la desgracia para abrirme los ojos".  



Ese lugar donde ayer ponía tierra de por medio, hoy es un paraíso.

La aldea, ese terreno que ayer me negaba a pisar, es ahora un paraíso del que no quiero separarme. Y en cambio es la tierra que me vio crecer, fue aquí donde pasé mi infancia, donde jugué y conté con buenas amistades. 


Y hablando de amistades. De amistades verdaderas, no de esas que figuran en una Red Social, sino los que viven tu misma realidad. Hoy añoro más que nunca a mis compañeros de la Asociación Amencer-Aspace. Echo en falta la presencia de mi pareja desde hace ya trece años y a la que no puedo ver por vivir en casas diferentes, ¡sólo Dios sabe cuánto añoro nuestros paseos por la ciudad!, nuestros cafés de la tarde... esos abrazos que siempre me reconfortan y esos besos que me hacen rozar el cielo... y es que el amor sano, el de la familia, el de los buenos amigos, el de la pareja que está siempre a tu lado... es un tesoro que no cabe en caja fuerte alguna.


Ahora no hay consumo... ahora  hay aislamiento, meditación, lectura, cine... ahora sí que tienes que pasarte el tiempo en internet cuando quieres saber de tus amigos, porque ahora, que vivimos tiempo de gueto, te recogimiento, de miedo... es cuando realmente te das cuenta de las cosas buenas que tiene la vida.


Y todo esto me lleva a reflexionar sobre dos conceptos muy importantes: "Humildad", y "Sencillez":

La humildad es un don que siempre debe forma parte de nuestro código de conducta diario. Y no lo digo por decir: Cuando surge un revés que no puedes controlar, cuando ni el dinero ni el poder te libra de un mal al acecho, es cuando uno se da cuenta de que todos somos humanos, que en el fondo todos queremos lo mismo, ser felices, vivir en paz, con salud y armonía. Y que los malos momentos se llevan mejor si son en compañía. Este virus nos viene a demostrar que todos somos humanos, que todos somos vulnerables y que la naturaleza no diferencia, raza, status social o político... no, a la naturaleza hay que aceptarla tal cual es, ser conscientes que solamente los más fuertes, los que luchan juntos por un bien común, serán los que tenga posibilidades de sobrevivir. Por ello es de vital importancia, que la manada se mantenga unida, que todos nos demos la mano y vayamos al mismo paso, porque todos y cada uno de nosotros es un tesoro que se debe valorar al alza. 


También debemos reconocer, que en el fondo, todos y cada uno de nosotros no es más que un grupo de átomos, de células vivientes pero de nula importancia para el cosmos. Somos animales evolucionados, animales sociales, pero animales al fin y al cabo... toda vida comienza con un nacimiento y termina con una muerte, lo que dejes hecho en el medio va a ser lo único que te vas a llevar, lo que hagas por los demás, por lo que serás recordado. ¿Por qué quieres ser recordado?, ¿Por rico?, ¿Por inteligente...? yo quiero ser recordado com una persona de buen corazón que pasó por este mundo con la mejor de las intenciones. 


"Yo quiero dedicar mi vida a buscar la felicidad, mía y ajena. Quiero eliminar el miedo de mi vida y poner en su lugar la Razón". (Quiero entender mejor el propósito de la existencia y si ni lo tiene, aprender a disfrutar de mi tiempo, sin más preguntas que las necesarias). 



"Quiero aprender a vivir"

La segunda lección de vida que me está dando este Coronavirus, es que no necesitamos de mucha cosas para vivir...  No es imprescindible realizar grandes viajes, no es necesaria la fama, para ser feliz basta con ser una alma sencilla. Llevo días sin acudir a bares, sin leer toda la prensa en papel, pero me he dado cuenta de que tampoco lo necesito. De hecho puede que todo ello no sean más que distracciones fraudulentas que te impiden ver la verdadera vida. No quiero hacer grandes planes, he decidido meter mis proyectos en un cajón y simplemente disfrutar de cada mañana, de cada conversación, de cada comida. Y como me han demostrado mucha gente estos días, ponerse a cantar canciones desde una ventana con tus vecinos, puede ser más satisfactorio que una cena en un restaurante. No necesito de las modas, los gimnasios, las opiniones ajenas, no necesito el reconocimiento de nadie... no necesito modelos, solamente ser yo mismo. Solamente aceptarme, quererme y cuidarme, porque al fin y al cabo nadie mejor que yo me conoce, nadie pasa tanto tiempo conmigo como yo y por lo tanto soy el único que debe decidir qué quiero hacer con mi vida, que pasos quiero dar, ¡cuántos errores estoy dispuestos a tener y si estoy dispuesto o no a aprender de ellos con la intención de crecer como persona. Simplemente quiero sonreir. Lo único malo, o no, es que halla tenido que venir el Coronavirus para que entrara en razón, o para que entráramos todos. 

"A mí esta sencillez no me parece tan mala".

La reclusión por el Coronavirus me ha regalado una enorme paz interior, pese a ello, ojalá nunca se hubiese producido. Ojalá... se termine pronto, ojalá... no queden más vidas en el camino. Pero mientras estemos aquí, disfrutemos de cada instante. 















miércoles, 18 de marzo de 2020

COVID-19

Resultado de imagen de estallido pelicula
Dustin Hoffman en una imagen de Estallido.
Somos muchos en España y en muchos lugares del planeta tierra que habitamos, los que en los últimos días debemos permanecer encerrados en nuestras casas desde hace ya cinco días. El motivo, como es conocido es el letal (en muchos casos) COVID-19, al cual no le está temblando el pulso a la hora de estar propagando todo su devastador potencial. Por desgracia, la humanidad no cuenta todavía una vacuna contra dicho bichito (aunque al parecer, los chinos, sus primeras víctimas reconocidas, aseguran estar cerca de dicho remedio), por lo que la única manera de protegerte es el aislamiento. 

Como suele ser habitual en estos casos, el virus ha pasado de causar más o menos indiferencia por parte de la población, ¡quién sabe si de los gobiernos!, ¡una gripe más...! a ponernos a todos contra las cuerdas. "Casualidades de la vida", este virus parece ser que comenzó su andaina en tierras chinas, un país que en los últimos tiempos despuntaban como una de las principales potencias mundiales. Y de ahí, todo este olor a chamusquina. Si realmente todo esto fuese una provocación de occidente hacia los orientales que se escapó de las manos (y soy de lo que piensa así), nos encontraríamos como una de las grandes barbaridades salidas de la mente humana. (¿es que luego se va a probar en África?, sinceramente es posible que ya se halla hecho, ¿los árabes...?).

Las armas biológicas son unos de los métodos más mortíferos con los que contamos en la humanidad y también de las que más se usarán en el futuro. En un mundo en guerra económica permanente, de conflictos religiosos sin sentido que causan miles de muertos, dictaduras, etc, muchos grandes Gobiernos, podrían ver en este tipo de ataques, una manera de imponer un nuevo orden, mientras a base de miedo e histeria pasan dominar una humanidad más dócil. ¿Acojona, no? Pero, el caso es que en una sociedad donde los dioses ya no son una amenaza para nadie, por suerte hoy somos personas estudiadas,  es necesario encontrar nuevos miedos, estos sí reales, a modo de plagas que ayuden a hacernos más dependientes y obedientes al orden impuesto por la tradición. Por que sí, al final seguramente siempre sean los de siempre aquellos que nos aporten la cura. ¿Será otra casualidad?

En un  tiempo, este virus que hoy tanto nos aterroriza, no será más que otra gripe. Tendremos vacuna para ella y en la medida en que las estaciones pasen por encima de la humanidad, todo pasará a formar parte del olvido colectivo. A no ser que de cuando en vez alguna obra de ficción nos vuelva a aterrorizar con otra pandemia. O que surja una nuevo virus en algún laboratorio o por el mal uso de la ciencia, que nos vuelva a poner contra la pared. Entonces el nuevo miedo, hará que el viejo pase a ser una anécdota más... pero por ahora, tenemos que lidiar con ésta y sobre todo proteger a las personas mal vulnerables de su alcance, si no queremos seguir con este río de muertes. Y para ello lo mejor... ¡Quédate en casa!

Por supuesto, esto no son más que conjeturas sin fundamentos, un divagar de miércoles por la tarde tras varios días de  confinamiento en mi casa. Pero a veces las ideas menos verosímiles son las que se hallan más cerca de la realidad ¿no creen?




martes, 10 de marzo de 2020

HABLANDO DE CINE, HABLANDO DE MÍ


La imagen puede contener: una persona, de pie

El 9 de marzo, fui invitado a participar en el VIII FESTIVAL DE CURTAMETRAXES E DIVERSIDADE FUNCIONAL DE REDONDELA, para dar una conferencia sobre mi trayectoria artística. Dicha invitación me la hizo la Asociación Andaina. Una asociación de acción social sin ánimo de lucro que se dedica a la atención de personas con necesidades especiales. (Entendiendo este término, como aquellas derivadas de cualquier enfermedad, síndrome, trastorno o patología que hacen que la persona que las padezca necesite de una atención especial, bien sea por motivos físicos, sensoriales, cognitivos o educativos). Su campo de actuación tiende a centrarse en el Ayuntamiento de Redondela, aunque también intervienen en los ayuntamientos limítrofes. La asociación está compuesta por todos aquellos socios con necesidades específicas, así como por sus familiares, dando también  cabida a socios, voluntarios y profesionales especializados en las actividades que les ocupan. (Esta información ha sido extraída de su página web: https://andainaredondela.wordpress.com/about/ ) .  Dicha invitación supuso para mí una grata sorpresa. Cuando les pregunté como se habían conocido, me respondieron que gracias a las redes sociales, que se habían fijado en todo lo que yo hacía y que les gustaría que les diese una charla a unos alumnos de la ESO, sobre mis logros y dificultades. A pesar de que no me tengo precisamente por un modelo se superación, creo que cualquiera de mis compañeros tienen más cartas ganadoras que un servidor para ser mejores ejemplos de ello. En cualquier caso intenté hacerlo lo mejor que pude, con la intención de defraudar lo menos posible.

No dudé ni un solo momento, debía hablar de los tres ejes fundamentales en mi vida, el cine (ya que me encontraba en un festival cinematográfico, la literatura y el ajedrez. Pero ¿como enfocarlo todo, como meterlo todo en un mismo saco?, al final, pensé; ¿Qué es lo que unen estas tres disciplina? -Yo. - Con lo que en el fondo se trataba de una charla autobiográfica. Sin pretender hablar a través de la melancolía o la "pena", sin pretender caer en el victimismo, traté de resumir mi dura infancia y como la falta de amigos para jugar, como la soledad impuesta en muchas ocasiones hicieron que mi felicidad, que mi entretenimiento dependiesen por encima de todo de mi imaginación. Como soñaba con otras vidas, como por mis neuronas circulaban historias imaginarias que me hacían llevar un poco mejor mi día a día. "Lo que no les dije, fue que durante este tiempo, la televisión, las series, los dibujos animados y las películas (que mis padres me permitían ver, eran mi mayor fuente de entretenimiento), que devoraba una tras otra, como si fuese un yonky del séptimo arte. Y supongo que en el fondo lo era, lo soy y lo seré siempre. Pero sí que les narré el acontecimiento que en plena adolescencia, me hizo soñar con la posibilidad de llegar a hacer mis propias películas, mis cortometrajes o todo aquello que me propusiera. Fue, la magia de la radio.

EL CINE DE LO QUE YO TE DIGA.

Cuando apenas era un adolescente, me pasaba mucho tiempo escuchando la radio. En general escuchaba música, como la mayoría de los jóvenes, pero había una excepción, se trataba del programa radiofónico EL CINE DE LO QUE YO TE DIGA, que emitía, no sé si lo sigue haciendo, la CADENA SER. Fue en ese programa, durante el verano-otoño de 1993, cuando coincidiendo con el estreno de Parque Jurásico, el programa hacía una retrospectiva acerca de los orígenes cinematográficos de Steven Spielberg y como ya durante su infancia y juventud había conseguido realizar sus primeras películas caseras. Yo no soy el director de E.T. por supuesto, pero de alguna manera aquel reportaje hizo surgir en mí la idea de realizar mi propia película. Y como no descansé hasta conseguirlo muchos años después...


Hacer cine es una carrera de fondo, una lucha constante mientras se emprende la búsqueda de un sueño, uno que en mi caso se hizo realidad muchos años más tarde, cuando tras muchos traspiés, llantos y frustraciones, pero también, como no, ilusión, pasión y ganas de superarme a mí mismo (aunque siempre dentro de las áreas que me interesan), logré concluir y estrenar MESA PARA CUATRO aquel 11 de abril de 2013. Una experiencia que fue tan dura como emocionante, apasionada y única. Desde entonces llevo casi siete años intentando hacer una segunda película, pero es demasiado complicado. Durante el pasado otoño (2019), parecía que las cosas iban a cambiar, al fín había conseguido productor para un nuevo proyecto, Rafael Sabugueiro, tenía actriz, pero me faltaban los secundarios. Los busqué, los acabé encontrando en el Aula de Teatro, conseguí localizaciones, pero conseguir que el proyecto siga adelante, es debido a cuestiones de agenda, un proceso muy complicado. En el Centro Multiusos donde intervine ayer, trate aunque fuese solamente por encima, cuarenta y cinco minutos no dan para mucho, algunos de estos temas.



EL CORONAVIRUS: LA NUEVA AMENAZA

Pero las dificultades nunca vienen solas y ahora una nueva amenaza vuelve a sobrevolar este film, así como a las vidas de todas las personas del planeta. El Coronavirus, o como yo le llamo; "La peste del Siglo XXI". Este nuevo virus parece decidido a amenazar las vidas de todo el planeta, a recluirnos en nuestras casas y si es posible a terminar con nuestras vidas. Ayer, tenía pensado acudir al grupo de teatro pata hablar con los actores, pero dije que lo volvía a posponer y viendo como se están poniendo las cosas, creo que la cinta ya no se rodará como mínimo hasta el próximo otoño. También me he visto obligado a negarme a participar en una obra se teatro durante la Semana Santa, pues personas cercanas a mí, me piden que rechace ahora mismo todo tipo de ofertas donde tenga que trabajar con mucha gente. Ahora solamente espero, como todo el mundo, me imagino que todo esto comience a remitir más pronto que tarde y que todos podamos volver con nuestras rutinas.

ESPERANDO A QUE SUENE EL TELÉFONO

Ahora, pasado este genial acontecimiento solamente me queda esperar a que vuelva a sonar el teléfono con alguna oferta que pueda atender con gusto, pero no es fácil, de manera que tocará seguir esperando. En cualquier caso, quiero darle de nuevo las gracias a la asociación Andaina por contar conmigo, pues por mi parte que sepan que siempre podrán contar conmigo.










Y SI ME PONGO CHULO...




Ayer volvió a ser lunes de bicicletas. Fue otra vez momento de subirse a uno de estos vehículos y volver a disfrutar de las dos ruedas. Una experiencia que cada vez que tengo la oportunidad de repetir me recompensa con una enorme satisfacción.


La imagen puede contener: una persona, bicicleta y exterior
Poder seguir manteniendo el equilibrio sobre dos ruedas
es una de las grandes satisfacciones que me sigue regalando la vida.
Un posibilidad que una vez más debo agradecer al Programa RODANDO, de ciclismo adaptado.

Pero con el tiempo, a medida que voy conquistando nuevas metas, en lugar de darme por satisfecho, tengo la manía de seguir soñando y reclamar cada vez más a la vida. Y como no soy idiota y sé que los años se me echan encima como piedras en el estómago. "Aquí me siento un poco como el lobo de Caperucita, tras sacarle a las abuela de las entrañas, para que luego no digan que los cuentos infantiles no son gore..." pues me ha entrado la prisa. Y aunque sé que para cumplir cualquiera de las metas que voy a poner por escrito, requieren de la colaboración y esfuerzo de mucha gente, de muchos medios, voy a dejarlas caer, por si sonase la flauta del Hamelin, teniendo en cuenta que a los voluntarios del Grupo RODANDO, no parecen sentir ningún temor ante los grandes retos.

La imagen puede contener: una persona, bicicleta y exterior
Paseando por el Parque de Campolongo (Pontevedra), ayer lunes.

La primera de mis fantasías consiste en poder realizar una gran ruta en bicicleta con mi buen amigo Víctor Loira, una gran marcha de varios días de duración, sin prisa y que nos lleve por diversos parajes gallegos. El segundo consistiría en poder realizar el Camino de Santiago completo sobre ruedas "Y si me pongo chulo desde Francia", pues... puestos a soñar mejor hacerlo a lo grande ¿no? pero lo que no quiero es que digan que no soy ambicioso. El último reto consistiría en participar en la Gladiator Race de Pontevedra, ¡toma esa, amiga Silvia! jejeje.

Y hasta aquí este muevo articulo sobre ruedas... que espero que al menos haga disfrutar de la lectura a más de uno.





domingo, 8 de marzo de 2020

RODANDO POR SANXENXO EN CARNAVAL





En el artículo anterior comentaba que hacía que no participaba en un desfile de carnaval, pero puestos a volver, que sea a lo grande y en este caso por partida doble. Este fin de semana los participantes del Programa Rodando, volvimos a enfundarnos nuestros trajes Rockeros, para conquistar con nuestras sonrisas, los carnavales de Sanxenxo y Portonovo, en lo que fue otro estupendo día de fiesta.  Otra vez ha sido un enorme placer participar.

La imagen puede contener: 3 personas, calzado, moto y exterior
Desfilando en los carnavales de Sanxenxo junto a mi gran amor.
Ahora ya solamente nos queda pensar en un nuevo reto al que enfrentarnos. Yo, empiezo ya a notar como el gusanillo me mordisquea las tripas pensando en ello.

La imagen puede contener: 3 personas, incluido J Sergio González Rodríguez, multitud, moto y exterior
Nuestros incansables voluntarios siempre dándolo todo por nosotros.

¡Felicidades una vez más a todo el equipo del Programa Rodando, sois muy grandes!

martes, 3 de marzo de 2020

La imagen puede contener: texto que dice "Padre Nuestro Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, del mal. Amén."




Se trata de una oración muy importante en mi vida, por ello y porque es la mejor manera de empezar una conversación con el Señor, he decidido publicarla en mi blog.

AGOSTO MELANCÓLICO

  MIS SUEÑOS ADORNAN LAS CUNETAS   1 Agosto, me engalana de luto, con su mantilla de pesadumbre, roba mis ansias por el camino, rodeado por ...